La Exposición temporal del Día de Muertos ’La divina Wíxáríka’ dio inició con su inauguración el jueves 7 de octubre a las 17:30 horas.
Muy lúcido y colorido estuvo el recorrido de las calaveras por la alameda central dejando una agradable sensación de entrar en un movimiento cultural y de tradiciones.
La tradición de recordar y convivir con los muertos en el pueblo Wikarika o Huichol, tiene connotaciones históricas como una forma de manifestar respeto por un familiar fallecido y no es el resultado de un mestizaje como sucedió en otros pueblos.
Debido a la migración y la cercanía de algunos wikarikas a las ciudades, actualmente se elaboran altares de Día de Muertos en que integran tradiciones propias.
El huichol entiende el mundo terrenal como profano, pero también conoce uno sagrado en el que habitan los dioses, en el que se puede hablar y convivir con los muertos; también hay un lugar al cual solamente se puede llegar a través del sueño y con la ayuda de un guía o marakame.
Para el huichol, la muerte es otra eventualidad que tiene solución en lo sagrado, pues en éste puede ponerse en contacto con los seres que han perdido en el terreno de los profano.
Con ayuda de la ’plante de los Dioses ’ –peyote- y la cuidadosa quía del marakame, el huichol es inducido a un sueño en el que puede pasar a lo sagrado para convivir, danzar y reír con el ser amado que ha ido.
La muerte para los huicholes representa un viaje sumamente difícil y lleno de pruebas.