Un nuevo esfuerzo para desactivar la bomba de la guerra comercial que manejan como una ‘papa caliente’ los gobiernos de Estados Unidos y China, realizarán las dos potencias, acción que se tratara de alcanzar antes del viernes de la próxima semana, confirmaron voceros de las dos administraciones.
El anuncio sobre la reactivación de las negociaciones, las cuales se encuentran suspendidas desde hace más de 40 días, se dio tras un contacto telefónico que habrían tenido en el curso de esta semana los presidente de Estados Unidos, Donald Trump y de China, Xi Jinping.
Desde Washington los funcionarios de la Casa Blanca se negaron a entrar en detalles sobre los preparativos o los resultados esperados de las conversaciones que al parecer se desarrollarán en Japón, situación que igualmente adoptaron en Bejín los voceros del gobierno chino.
El nuevo ciclo de negociaciones, el cual no irá más allá del viernes 28 de junio, las dos delegaciones de seguro que reiterarán en sus posiciones. Para Estados Unidos es básico que China realice cambios estructurales en la economía su país lo mismo de cómo Bejin trata a los negocios estadounidenses, mientras que para el gobierno del país asiático china insistirá en un trato al mismo nivel y sin preferencialismo de ninguna índole igualitario en lugar de tarifas caras.
De acuerdo con el gobernante chino lo real e ideal es ’mostrar consideración a las preocupaciones legítimas de los demás’. Agregó que se espera que ’Estados Unidos trate a las empresas chinas de manera justa’. También puntualizó: ’Estoy de acuerdo en que los equipos económicos y comerciales de los dos países mantengan un diálogo sobre cómo resolver las diferencias’.
Las dos potencias económicas dialogan desde hace más de un año sobre el cómo para sus desavenencias comerciales y tuvieron su punto crucial el pasado 10 de mayo cuando el presidente estadounidense anuncio acciones arancelarias para disminuir lo que definió como el desequilibrio en la balanza comercial que su país tiene con China y que favorece al país asiático.
El portavoz del Ministerio de Comercio, Gao Feng, indicó en una rueda de prensa que "los jefes de los equipos económicos y comerciales de ambas partes se comunicarán de acuerdo a las instrucciones" ofrecidas por los líderes de ambos países.
Feng no dio más información detallada y se limitó a señalar que la postura de China con respecto al conflicto no ha cambiado y mantiene su reclamo de que la nación norteamericana "resuelva las principales preocupaciones de China" en las próximas rondas de tratativas y que estas se celebren "de igual a igual".
En caso de que se logre un acuerdo entre las dos delegaciones, el mismo sería revisado durante el encuentro que sostendrán en Osaka, Japón, los dos gobernantes Trump y Jinping, el cual se hará durante el desarrolló de la cumbre del G-20 que se efectuará entre el viernes y sábado de la próxima semana.
El punto de quiebre de la negociación que adelantaban las dos delegaciones se rompieron cuando Trump cumplió con su amenaza de elevar del 10% al 25% los aranceles a productos chinos por valor de 200.000 millones de dólares, a lo que Bejín respondió con una medida similar en forma de nuevas tasas a la importación de 60.000 millones de dólares en productos del país norteamericano.
El siguiente intercambio de golpes se produjo en el campo empresarial, ya que Washington vetó a la tecnológica Huawei en Estados Unidos aludiendo a amenazas a su seguridad nacional y China anunció la apertura de una lista negra para firmas extranjeras que "dañen gravemente los derechos e intereses legítimos de las compañías chinas".
Lo cierto es que de acuerdo con las informaciones conocidas por la prensa, los dos mandatarios conversaron telefónica y en la charla Trump mostró su confianza en que la comunicación entre los equipos negociadores sirva para cerrar la disputa "lo antes posible", mientras que Jinping recordó que las relaciones bilaterales han pasado por "algunas dificultades" últimamente.
